Si del destino no me puedo fiar y la sombra acecha en cada esquina. Si quizá mañana no habrá un mañana y las estrellas dejen de brillar. Cuando las palabras se valoren más que los hechos y menos que los pensamientos certeros, no habrá palabras que escuchar. Y estaremos lejos de aquí, hasta las cenizas habrán muerto.
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