sábado, 19 de enero de 2013


Si más allá del horizonte puedo dejar de escuchar esta música porque esta lo envuelve y las olas se convierten en las paredes de un falso centro, si allí puedo dejar de recordar añoranzas del pasado. Si allí todo lo leído no importa y los sentimientos quedan flotando en el aire, pero si allí yo floto con ellos. Si allí mis uñas se ven de color sangre y mi pelo quizá un poco más negro. Si allí las siluetas fuesen las palabras del amor prohibido. Si allí todo lo deseado fuese palpable y no sea secreto lo que aquí se esconde. Si tus silencios fueran eco en mis oídos. Si la mirada furtiva no escondiera nada o lo escondiera todo. Si La infanticida fuese una comedia y si tus emociones fuesen un libro abierto para mí. Si más allá del horizonte las heridas no provocaran este dolor intenso que lacera, no iría si tú no estuvieras.

sábado, 12 de enero de 2013

Y a la esquizofrenia.



A Claudio Rodríguez, recordando el día en que, con un
cigarrillo temblándole en los labios, me dijo en el Drugstore
de Fuencarral,  «a esta gente hay que ganarla».


 Aún cuando tejí mi armadura de acero
el terror de mis ojos muertos.
Aún cuando con mano blanca y nula
hice de silencio tus orines
y la nieve cae aún sobre mi cuerpo
pese a ella se impone un silencio aún más hondo
a los clavos que habían horadado mi cráneo:
aún cuando sean huesos quizá lo que no tiembla
aún cuando el musgo concluye mi pecho
el terror remueve las cuencas vacías.   

Leopoldo María Panero, Teoría 1973