No tenemos por qué
mirar siempre al frente como si fuéramos soldados, podemos mirar atrás si
queremos, para aprender o corregir, o simplemente para volver a cometer algunos
errores que al fin y el cabo, siguen siendo parte de nuestra vida. Siempre que
se pueda hay que girar la cabeza y observar atentamente todo lo que nos hizo
más fuertes o más débiles, incluso aquello que apreciamos sin valorarlo
realmente. Y sí, podemos aprender de todo y más, al ser fugaces rechazando a
este largo trámite de existencia, pero acabaremos volviendo, echando de menos a
lo que un día repudiamos, echando de menos nuestra vida llena de errores, llena
de faltas, pero esto no es ninguna redacción aunque hay personas que se
comporten como profesores inexpertos.
Quizá tan sólo soy yo
la que sabe de lo que habla, y quizá vosotros queréis saberlo, y lo único que hay que hacer es saber escuchar, o en este
caso saber entender.
Escoje una estrella
en el oscuro horizonte y sigue la luz,
volverás, cuando todo esto acabe.
No es necesario decir
adiós.