sábado, 11 de agosto de 2012

"yo me mantengo original"


Me pesan los párpados y miro el reloj. Recordé algunas teorías de psicología cognoscitiva, aquella que dice que un animal es capaz de soportar el peor dolor si de vez en cuando recibe alguna recompensa, por mísera que sea.
Es tarde pero la música flota entre mis oídos. Miro mis libros mientras pienso de qué sirve que los lea. A veces es inesperado, cojo un libro cualquiera y empiezo; “No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente.” Dejo el punto en esa misma página y lo cierro, sin título. Pero la letra no dice nada, como todas. Así que decido cambiarla, pero la escucho. Miro sus ojos marrones y su espalda tatuada.
Y la cambio por otra que tampoco dice nada. Pues ya ves como son las cosas, todo duele y nadie dice nada.

martes, 7 de agosto de 2012

Colorante


Su color azul verdoso se resbalaba entre mis dedos, deslizándose hasta llegar a su fin, dónde la gota de color caía sin piedad impulsada por esa gravedad que no entiendo.
Siguió su trayecto, paso a paso, sin despistarse ni un segundo, la verdad es que tampoco había mucho que recorrer. Por cada lugar donde pasaba, dejaba la marca de su color manchándome.
A cada paso dejaba una huella marcada en mi piel, sólo con el tiempo se irá -pensé-
Pero... ¿y si no se va? ¿A caso ese día fue importante en mi vida? si tan sólo me manché las manos con colorante azul...

lunes, 6 de agosto de 2012

Pegajoso


Arriba... dentro... nos fundimos como aguas de acero, nuestros cuerpos se deshacen, se desvanecen entre calamidades y virtudes, entre cosechas y desgracias, nuestro espíritu se evade en una sola forma, y por ahora no quiere regresar... nuestras almas parten a un lugar perfecto, donde los fallos son manzanas, donde ni siquiera el aire nos asedia ni despeina nuestra cabellera de terciopelo, en aquel lugar donde no existen sueños, donde todo aquello que deseas se puede tocar, y se concentra en una idea sólida... bajo un cielo tan sensible y frágil... nuestro pequeño edén, nuestro paraíso, donde del pasto se hacen rosas, donde los insectos son estrellas que brillan a contra luz y donde esos besos son mariposas eternas...
Las sabanas se pegan a nuestros cuerpos una vez más, sin querer descansar del auxilio que les protege, nuestras almas traspasadas se acomodan aquí, en el cielo infinito... las tristezas desaparecen, abandonan el camino cuando comenzamos a andar sobre piedras temblorosas, aquellas que se interponen entre nuestros sueños invisibles...