domingo, 6 de noviembre de 2011

J.


Veo las hojas en el suelo, unas grandes, otras tan diminutas… pero todas mojadas por la intensa lluvia de toda una semana. Los cristales de los coches están empañados por la humedad de Barcelona.
Mi corazón está tan frío cómo el tiempo.

Mis huesos son una estructura de hielo que tengo que mantener firme, pues será la única que siga en pie en todo mi cuerpo y mi ser. Es todo tan frío… me recuerda a añoranza, a sueños por cumplir. 

Me recuerda a falsas promesas. Y a la necesidad del calor humano.
El viento gélido me retira el pelo de la cara y enrojece mi nariz. Pero él está a mi lado, queriéndolo o no. Qué más dan unas palabras de más si no se comparan al amor que siento, ese calor que abrasa mis huesos helados y los funde…
Ya no puedo levantarme, has destruido todos los lazos que mantenían mi cuerpo firme. 
 ¿Querías mi vulnerabilidad? Yacía a tus pies desde antes de conocerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario